Ana Celentano- Marta Lubos- Nahuel Pérez Biscayart
Stella Galazzi- Guillermo Arengo
Marcelo Zamora- Alejandro Ruiz Días
Y la participación especial de Duilio Marzio
En la Buenos Aires del nuevo milenio, ya casi no quedan vestigios de aquella ciudad europea, perdida en la América del Sur. Como si un viento fuerte hubiera arrasado con todo, sólo resisten en pie algunos elegantes edificios diseñados por arquitectos franceses; ciertos personajes que resisten los nuevos aires, y una mayoría de individuos librados a su suerte, súbitamente infantiles, bastante desconcertados.
Inés tiene 36 años, vive sola y trabaja de recepcionista en un Centro de Recuperación Capilar. Inés tiene un padre indiferente y una hermana que vive muy lejos. Un día Inés conoce a un atractivo arquitecto y se entusiasma por primera vez en mucho tiempo. Pero la noche de la cita, Inés está atada y amordazada por Juan, el joven vecino que acaba de iniciarla en una relación sadomasoquista.
Eloísa tiene 65 años, es viuda y ha dejado su vida en la ciudad para instalarse en Torres, un pueblo donde la pobreza y la necesidad están a la vista. Eloísa vive con tres perros y cuatro gatos, cultiva una huerta y tiene un amigo que la visita con frecuencia. Eloísa y su amiga Olga comparten la tarea de alimentar diariamente a más de doscientos niños carenciados.
El Padre de Inés (75), que vivió en una Argentina de esplendor, ahora es incapaz de adaptarse a una realidad que no comprende. En esa realidad se maneja naturalmente Haydée, la mujer que hace las tareas de su casa. Haydée cocina y limpia. Y también se ocupa de el. Aunque a veces le roba objetos de valor. El Padre de Inés conoce esta afición de Haydée. Pero prefiere callarse. Porque poco le queda en la vida. Y porque hay que ver lo contenta que ella se pone con unos billetes de más.
En el pueblo de Eloísa viven también Beto, Tito y Omar; tres chicos de hogares humildes que hacen arreglos en casas de la zona. Así conocieron al Padre Luis, el cura del pueblo, para quien repararon la parroquia. El Padre Luis quedó conforme con el trabajo, pero más que nada, se encariñó con Omar, el más joven de los tres. Y ahora intentará desesperadamente retenerlo.
Eloísa casi no tiene tiempo para sí misma. Cuando por fin puede descansar un rato, una tormenta le recuerda que el techo de su casa necesita urgentes reparaciones. Entonces contrata a esos chicos que trabajaron tan bien en la parroquia. Omar y a sus compañeros entrarán en su casa y en su vida.
Inés y Eloísa no se conocen. Cada una transita su propio camino sin medir los posibles riesgos. Sin sospechar la trama invisible que se teje a su alrededor. Hasta ahora eran inocentes. Pero el rumbo de los acontecimientos las unirá para siempre. Y les demostrará que nadie está completamente a salvo.
